La violencia sexual en espacios de ocio: prevención, detección, atención a la víctima. Conclusiones de una semana de trabajo.

Durante esta semana he participado en diferentes actos en los que hemos hablado y debatido sobre cómo adoptar medidas para prevenir la violencia sexual en espacios de ocio. Las aportaciones que desde los ayuntamientos, profesionales del ámbito de la industria del ocio, de la música, de la seguridad pública y privada han hecho en estas charlas son muy valiosas y debemos tomar buena nota de ellas.

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Matadero Madrid (16-5-2018)

Hace años que se lucha contra las agresiones sexuales, desde administraciones y asociaciones públicas y entidades privadas.

Sin embargo, ahora es un momento de inflexión en el que es necesario tomar medidas más efectivas y trabajar en un cambio de mentalidad al respecto ya que por un lado  el número de agresiones aumenta (y a los datos estadísticos del Ministerio del Interior me remito) tenemos la certeza de que la regulación que recoge el Código Penal de estos delitos es deficiente, que la casuística que nos encontramos es diversa y cada una requiere una respuesta adecuada y  que hay conductas a las que hay que poner freno aunque no sean delito.

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Sala Apolo (17-5-2018)

Todas las medidas que se adopten han de ser compatibles con la absoluta libertad que todos tenemos de cómo queremos disfrutar de nuestras horas de ocio: libertad para tomarnos las copas que queramos, de hablar, reir, bailar o acostarnos o no hacerlo con quien sea, hombre, mujer, uno, tres o cinco siempre que el otro o los otros estén de acuerdo.

Es decir, libres como somos, hay que prevenir no culpabilizando ni haciendo recaer la responsabilidad sobre la persona molestada o agredida sino frenando a las personas que agreden y molestan, a quienes atienden solo a sus deseos sin contar con el consentimiento del otro. Y todo ello hay que hacerlo sin sobreproteger a la mujer, considerándola capaz de tomar sus propias decisiones y de pararle los pies a quien sea.

La solución no es proteger creando eventos con hombres y mujeres por separado – de hecho tanto hombres como mujeres pueden ser víctimas de agresiones sexuales por lo que nada se consigue disgregando-  ni tampoco podemos enrarecer las relaciones sociales hasta límites absurdos, ni poner un escolta detrás de cada persona,  sino que hay que reconstruir la manera de relacionarnos en los espacios de ocio: aprender a decir que NO con asertividad;  saber cómo expresar lo que deseamos sin ofender, molestar ni agobiar si es que somos nosotros los que queremos iniciar algo; saber encajar un no sin dramas; y a la vez no victimizarnos cada vez que alguien se dirija a nosotros si lo hace de manera empática y respetuosa. No es fácil y requiere pedagogía, tiempo, esfuerzo e interés.

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Medialab-Prado (18-5-2018)

Frenar la violencia sexual tiene tres ejes claves: la prevención, la detección y  la atención a la víctima (tres puntos que para trabajar en sintonía todos y unificar criterios hago coincidir con los que expone el Ayuntamiento de Barcelona en su Protocolo de actuación del que hablaremos más adelante).

La prevención ha de existir desde el momento de planificación del evento: no creando publicidad sexista, ni condiciones de acceso ni de permanencia diferentes para hombres y mujeres.  También pasa por visibilizar la tolerancia cero y actuar en consecuencia y ello implica también prohibir y evitar que sea el propio personal de la actividad quien realiza esas conductas que queremos erradicar.

Además, la planificación de la seguridad del evento debe realizarse con perspectiva de género, lo que hará que en el análisis de riesgos lo contemplemos como tal e incluyamos un protocolo específico para evitar el acoso y la violencia sexual,  que revisemos todo el recinto procurando impedir esos delitos, igual que prevenimos tantos otros. En cuanto cómo actuar, hay mecanismos legales para detener – por cualquier persona-  a quien agrede o expulsar a quien molesta. Para ello hemos de tener previsto cómo responderemos ante este tipo de problemática.

En la prevención, la pieza clave es la formación, que debe ser para todos – asistentes incluidos-  pero si nos centramos en eventos de ocio ha de ser a todo el personal que trabaja en el acto, y especialmente de los vigilantes de seguridad y de los controladores de acceso.

La formación nos permitirá detectar lo que está pasando (para ello hay que conocer qué es acoso, abuso, agresión, violación…) darnos cuenta de lo que tenemos delante, saber distinguir lo que es o no delito porque cada conducta debe tener una respuesta coherente.

Es imprescindible que todo el personal de eventos en la medida de lo posible y de manera urgente y necesaria el personal de seguridad privada se forme en delitos contra la libertad sexual y atención a la víctima y debe hacerlo desde una perspectiva de género. Es preciso que esto se incluya dentro del temario como formación previa obligatoria o subsidiariamente que se incluya como obligatorio en la formación específica de vigilancia en eventos deportivos y espectáculos públicos.  También los controladores de acceso deben contar con esa formación.

En este sentido, desde la Asociación de Mujeres de la Industria de la Música, a la que pertenezco y que me ha dado el empuje para organizar y/o participar en estas jornadas de trabajo, hemos ejercido ante el Ministerio del Interior el derecho de petición solicitando esa inclusión en la formación que reciben los vigilantes de seguridad privada. Asimismo, hemos pedido a la Comunidad de Madrid la inclusión de este tema en los contenidos que se solicita al personal de control de acceso para superar la prueba de habilitación. Durante las próximas semanas seguiremos presentando escritos similares en las diferentes Comunidades Autónomas para ampliar los contenidos del curso/examen  para habilitarse como controlador de acceso.

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La atención pasará por saber cómo actuar cuando nos encontremos ante unos hechos determinados y saber atender adecuadamente a la víctima hasta que llegue la policía o la ambulancia, o incluso saber qué hacer cuando la víctima no quiere recibir atención y quiere marcharse. Habrá que tener material en papel para poder proporcionarle teléfonos, direcciones…  Es posible que en ese momento no quiera denunciar pero sí quiera hacerlo más tarde. O no quiera denunciar pero sí quiera hablar con un psicólogo o abogado especializado….  El trabajo realizado esta semana ha puesto de relieve como las situaciones que se pueden dar son múltiples y hay que tenerlas todas estudiadas.

poster_img-217x300Un punto esencial que hay que contemplar y en el que se ha insistido en esta semana de trabajo es que no solo hay que proteger a los asistentes al evento, sino también a todo el personal que trabaja allí. Todos pueden ser acosados o agredidos y por tanto el personal también debe saber cómo puede actuar si eso ocurre.

Desde la administración local existen ya diversas propuestas en las que se está trabajando que hay que tomar como referencia.  En el ayuntamiento de Barcelona existe el Protocolo «No callamos» contra las agresiones y los acosos sexuales en espacios de ocio nocturno privado que está siendo implementado de manera piloto en algunas salas y festivales de música. En este protocolo cuya lectura recomiendo se desarrollan extensamente los tres ejes claves que he expuesto.

El Ayuntamiento de Madrid  se encuentra elaborando su propio protocolo pero ya realiza acciones de información y difusión de las medidas contra violencias machistas y agresiones sexuales.

Durante las fiestas de San Isidro ha dado continuidad a esas iniciativas y además ha realizado una magnífica campaña de recomendaciones de seguridad  incluyendo un vídeo que se ha proyectado en diferentes actos  donde de forma expresa toda una ciudad a través de la actriz Leticia Dolera dice #NoEsNO,  ha creado puntos violeta que han sido señalizados en los diferentes planos de los eventos  y ha proporcionado un díptico con la información más relevante, en especial puntos y teléfono de atención para las víctimas.

Muchos otros Ayuntamientos también están trabajando en interesantes iniciativas que voy a ir examinando más a fondo y añadiendo a este escrito. La más reciente que me consta es la de  Lleida, que ha adoptado diferentes medidas de prevención  y entre otras iniciativas destaco por ejemplo esta herramienta con cobertura en todo el País Vasco.

Algunos Festivales de música han visibilizado ya su compromiso de tolerancia cero frente a las agresiones sexuales. Y en muchos se ha situado un punto violeta de información y atención.

En otros países encontramos iniciativas que se han incorporado a algunos locales de España. La más conocida es original‘Ask for Angela’ que aunque tiene algunos inconvenientes – que ya no es ningún secreto que preguntar por Ángela significa estar pidiendo ayuda, que en DWA6PJLVwAALLzn.jpgotros locales no es Ángela sino otro nombre y  a veces unido a otra palabra  para saber exactamente qué estás diciendo y por tanto en cada local te tienes que preocupar tú de qué nombre y qué procedimiento hay que seguir, que requiere que sea la mujer la que pida ayuda…etc-  pueden ser de gran utilidad a falta de otras medidas más eficaces, pero que requieren igualmente de todos los puntos que hemos citado anteriormente: prevención, detección y atención.

Como conclusión, a corto plazo debemos:

  • Asegurarnos que en todos los eventos hay sensibilización hacia este tema y por tanto:
    • Existen puntos de información y atención (los llamados puntos lilas)
    • Existe personal formado y especializado, especialmente el personal de seguridad privada.
    • Existe un protocolo para saber cómo actuar si alguien molesta, acosa o agrede y cómo se va a tratar a la víctima.
    • El local está dispuesto a adherirse a campañas y protocolos para unificar la comunicación, cartelería y criterios de actuación.
  • Hay que eliminar el sexismo en la planificación del evento: publicidad, condiciones de acceso y permanencia, no imponer un código de vestimenta diferente por sexos a los asistentes y a los trabajadores, tolerancia cero con estas conductas las realice quien las realice, etc.
  • Hay que incorporar la perspectiva de género en la planificación de la seguridad. Para ello es imprescindible que las mujeres estén ahí en puestos de responsabilidad, pero también como vigilantes y como personal del evento en un porcentaje idéntico al de los hombres. Sin nosotras no hay perspectiva de género posible.

Este es un escrito abierto, iré añadiendo o corrigiendo la información que ofrezco. Podéis contactar conmigo para que añada aquí buenas prácticas, para enseñarme los puntos violetas de vuestro festival, para compartir los protocolos, si necesitáis perspectiva de género, ideas, iniciativas….Gracias a todos por colaborar.

#NoEsNo #SoloSíEsSí

Anna Almécija

info@almecija-advocats.com

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