Frecuentemente cuando hablamos de un evento «accesible» solo hemos tenido en cuenta que el acceso de personas con movilidad reducida (pmr) se haga sin dificultad – que no es poco- pero, de acuerdo con la definición que ofrece el RDL 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social- son personas con discapacidad aquellas que presentan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales, previsiblemente permanentes que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con los demás, así como a quienes se les haya reconocido un grado de discapacidad igual o superior al 33 por ciento.
Así que un evento realmente comprometido con la accesibilidad debe dar un paso más allá y contemplar, además de las PMR, las necesidades especiales de otras personas, que requieren una atención específica.
Un gran evento musical o deportivo puede ser una experiencia fascinante para una persona en el espectro autista. O, por el contrario, si se lo llenamos de barreras – que no tienen porqué ser físicas- puede convertirse en una vivencia abrumadora que le haga sufrir y desee literalmente irse de allí y lo haga, y lo que es peor, no volver a repetir jamás. Las personas con discapacidad tienen los mismos derechos que los demás ciudadanos conforme a nuestro ordenamiento jurídico, así que para velar por los legítimos derechos de todos a disfrutar de la cultura y del ocio y de hacerlo en condiciones de tranquilidad, comodidad y seguridad – y de hacerlo de la manera más autónoma posible- hay algunas indicaciones que podemos tener en cuenta cuando se organiza un evento para mejorar la experiencia de los asistentes con TEA.
Al margen de los imprescindibles espectáculos que se pueden organizar atendiendo específicamente a sus necesidades y que nos pueden servir de referencia, yo me referiré a eventos inclusivos dirigidos al público en general – un «gran» evento musical o deportivo, macroconcierto, festival de música- en los que hay que ir incorporando nuevas ideas y soluciones para que todos puedan disfrutarlo en condiciones de igualdad.
Como veréis muchas de las cuestiones que se plantean son básicas para todos los espectadores, pero especialmente importantes para las personas con TEA, por la dificultad que para ellas supone afrontar alguna de estas situaciones, y todas son fáciles de implantarse, así que se trata de una cuestión de voluntad y de querer ofrecer realmente una experiencia feliz al asistente.
- La anticipación es importante para una persona con TEA. Se debe tener toda la información posible del evento para poder organizarse y preparárselo bien. Hay datos que son esenciales y que debemos ofrecer siempre: hora de apertura de puertas, inicio de la actividad, de finalización; cómo llegar al lugar ofreciendo todas las alternativas posibles (metro, tren, autobús, caminando, si hay párking o no, etc) tanto para ir como para la salida sobre todo si va a ser a una hora que no están abiertos los transportes públicos… Es muy fácil utilizar la web y las redes sociales para dar estos datos y un teléfono o e-mail de contacto para el caso de que alguien necesite alguna información que no se haya indicado.
- También hay que dar toda la información posible sobre el evento en sí, para que las personas con TEA puedan saber si hay algún aspecto del espectáculo que pueda alterarles y decidan ir o no ir, o tomar las medidas adecuadas si van. Es decir, luces – si la iluminación va a ser intensa y variada- sonidos – se podría indicar los decibelios según ubicación lo que también ayudaría a situarse a asistentes que van con niños, bebés… – si habrá pirotecnia, si se hace participar al público…. A modo de ejemplo, puede ser muy problemático si en una obra de teatro o un espectáculo un artista se dirige de manera inesperada a una persona entre el público con TEA y le dé un susto, le haga hablar, le toque o le insista en salir al escenario. Para facilitar las cosas, por ejemplo en relación al volumen al que esté la música o el sonido en general, debería haber cascos o auriculares para amortiguar la molestia del exceso de decibelios o de no haberlos permitir siempre a los usuarios que los entren al evento.
- Es importante concretar – especialmente en grandes eventos de muchas horas de duración- el tema de la comida y la bebida. Si en el recinto hay donde comer y qué tipo de comida se ofrece o si se puede salir a comer fuera. Es crucial por dos aspectos: el agobio que les puede producir tener que hacer colas en la barra o para poder comer algo y porque algunas personas con TEA pueden ser selectivos en lo que comen por lo que se les facilitará resolver esta particularidad si se le permite entrar al recinto con su propia comida y bebida.
- Para el acceso, se debería poder facilitar la entrada de las personas con TEA que así lo requieran – por ejemplo, entrando por donde las PMR- evitándoles el estrés de las colas. La lista de objetos prohibidos ha de ser clara y correctamente indicada en la web y en el acceso al evento mediante pictogramas y hay que ser especialmente cuidadoso en el caso de que se pretenda o sea necesario cachear, informando de ello previamente y nunca hacerlo de forma inesperada. Hay que tener en cuenta que muchas veces las personas con TEA pueden tener problemas de comunicación y no entender y/o contestar a las preguntas que se les hagan o tardar en contestar. Esas diferencias han de ser explicadas al personal y tenidas en cuenta para evitar problemas o malentendidos especialmente con los controladores de acceso o vigilantes de seguridad.
- Una persona con TEA – como todas- en un gran evento debe poder cubrir sin dificultad dos necesidades básicas: ir al wc y beber agua. Y esto que parece tan esencial sabemos que no se cumple en todos los eventos donde tanto ir al lavabo como beber agua se convierte en una odisea. Los lavabos han de ser en número suficiente para poder acudir a ellos sin tener que atravesar una masa de personas y una vez allí sin tener que hacer colas kilométricas y que estén en condiciones. En cuanto al agua, se soluciona, sin duda, permitiendo siempre la entrada de agua en el acceso. Aún y así, es recomendable diversos puntos de agua potable y que las barras funcionen de manera ágil y donde por precio una botella de agua – como necesidad básica que es- no se convierta en un objeto de lujo.
- La correcta señalización es esencial. Más allá de las señales obligatorias, hay que contar con un mapa – en la web y en el propio recinto- en el que estén indicados los lugares más relevantes para ubicarse bien y no perderse y dentro señalizar correctamente y de forma clara con señales grandes y visibles, siempre que sea posible con pictogramas CLAROS Y SENCILLOS.
- La ubicación dentro del recinto es importante. Si hay asiento asignados, posiblemente ya se habrá preocupado de elegirlos en aquella zona en la que la persona con TEA se encuentre más cómoda y tranquila, pero si no es así – o hay alguna sorpresa como un altavoz justo en ese lugar- deberían poder ubicarse en otro sitio o incluso en las plataformas o espacios reservados para pmr que les permitirá no estar agobiados entre la multitud. En algunos eventos deportivos nos encontramos el problema de la grave contaminación acústica: ir a ver un partido de futbol o de baloncesto no debería suponer tener que soportar a un grupo soplando vuvuzelas a tu lado durante 2 horas. Si eso ocurre y se permite por la organización, la persona con TEA – y cualquiera- debe poder ser reubicada.
- Como cualquier persona con necesidades especiales, la persona con TEA, que así lo requiera, debería poder ser acompañada por un auxiliar hasta su ubicación y acompañada al finalizar el evento hasta la salida.
- La previsión de las emergencias será especialmente importante por lo que hay que ofrecer de antemano toda la información posible: planos, vídeo con las recomendaciones, mensajes cortos, claros y tranquilizadores, salidas de emergencia bien señalizadas, acompañamiento en caso de evacuación o confinamiento. Una formación específica al personal de la organización en este ámbito sería lo más conveniente.
- En caso de asistencia sanitaria hay algunas recomendaciones a tener en cuenta, por lo que enlazo esta excelente entrada del blog de Juan Luís de Castellví
- De ser posible, debería haber una sala, zona o módulo en el evento «de descanso» – semejante a las zonas que reclamamos en otras situaciones: espacios de lactancia, espacios de tranquilidad para personas que acaben de ser víctimas de un delito, etc- a la que pueda acudir una persona con TEA en caso de necesitarlo, para evadirse del exceso de estímulos durante el rato que necesite y poder seguir disfrutando del espectáculo o valorar si prefiere irse.
Agradezco la colaboración de Mundo Asperger en el póster que sobre este tema hicimos para la 1a Jornada EPSEB sobre eventos musicales y deportivos #segues18 y que ha dado pie a este escrito. En concreto, sobre este tema destaco esta entrada. Asimismo, en la web podéis encontrar la presentación que hizo Pedro Merodio en la Jornada sobre «Autoprotección de las personas con discapacidad en eventos musicales y deportivos» y en la que hizo mención a las personas con trastorno del espectro autista.
Esta entrada pretende ser viva, por lo que será actualizada con cualquier propuesta, sugerencia o corrección que se me haga llegar a annaalmecijasp@gmail.com
Puedes escribirme también si te interesa que trabajemos más a fondo el tema con formación, una charla, propuestas para tu evento, etc…
Enlaces de interés:
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